Me encanta el exceso de lo bizarro, que aterra y fascina a la vez. En épocas de crisis tendemos a recargarnos, ser barrocos andantes. Pañuelos, hombreras, collares para cubrirnos de los pies a la cabeza y parecer un muestrario del rastro... Y no somos genios, ni gurús visionadores, ni novedosos. Somos solo una herencia de lo que fue, un remix predecible con algún color nuevo en la paleta. PERO PARA MI ES MÁS QUE SUFICIENTE!
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