-¿Puedo preguntarte algo un poco personal?
-Sabes muy bien que nunca te escondo nada...
-¿Cómo fue esa noche con Tomas?
-Tierna, dulce, mágica, y triste por la mañana.
-Me refiero al sexo, querida.
-Tierno, dulce, mágico.
-¿Y quieres hacerme creer que estás perdida?
-Estoy en Nueva York, Adam también, y Tomas está ahora muy lejos.
-Lo importante, querida, no es saber en qué ciudad o en qué rincón del mundo está el otro, sino qué lugar ocupa en el amor que a él nos une. Los errores no cuentan, sólo lo que uno vive.
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