miércoles, 27 de octubre de 2010

Al natural.

Quiero que todo acabe y volver a empezar. Cambiar de piel, volver a nacer. Empezar otra vez a ver, a abrir los ojos, aprender a sentir y a tocar, aprender a amar y a dejarte caer. Y otra vez, volver a morir, hasta que un día, apareciste tú. No eras perfecto, a veces llegabas algo tarde, eras demasiado protector, eras celoso y desafinabas en notas altas, pero eras mío. Había noches en las que el tiempo transcurría en silencio, no hacían falta palabras, solo nos mirábamos, me rodeabas con tus brazos y cunados con la brisa rebelde del verano, soñábamos despiertos, juntos. Nos escapábamos de las reglas y de lo común, vivíamos la vida al momento, componíamos canciones sin ritmo y me leías poesía sin verso, pero eramos felices, demasiado felices. Y a veces, en al vida, la felicidad es apenas más breve que un suspiro. Noches de tormenta, el mundo quería separarnos y la lucha se hizo insoportable, lo reconozco, no soy fuerte pero tú, tú eres mi héroe. Todo cambia y sin darme cuenta, fui yo la que arriesgo contra el destino, y ante la inmensidad de nuestro amor, el ganó. Y ahora estoy tendida en el suelo, siento dolor en un costado, la sangre forma corrientes, no puedo luchar más, tengo ganas de cerrar los ojos y dejar de seguir aquí ante todo aquello que temo. Busco entre las estrellas, entre esta noche tan densa, te busco y no estas. ¿ Dónde estas? Y ahí esperándote. ¿Cuántas noches hurgando en los recuerdos, apartando momentos de dolor, peñascos de desilusión, he llegado allí, al fondo, hasta encontrar esa sonrisa? Y ahora esta aquí, frente a mí, compartiendo tu vida con los demás. Todo lo que era mío, solo mío. Y repentinamente me veo recorriendo a través de un laberinto hecho de momentos: nuestro primer beso, las noches en vela y los días sin ti. La explosión enloquecida de mi amor por ti. Y en un instante, recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido mostrarte, la belleza de mi amor. Yo, simple cortesana admitida en tu corte, postrada delante de ti, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una carta escrita a mano, mostrándote mi vida, lo que sentía por ti, un amor sin limites. ¿Y ahora? ¿Qué puedo decirle ahora a ese chico que esta suplicando para que siga aqui? ¿A quién puedo mostrarle las maravillas de este amor que solo a ti te pertenecen? Te miro y ay no estas, o soy yo la que no estoy. ¿Dónde te has metido? ¿Dónde esta la sonrisa que me convertía en naufraga de certezas, pero tan seguro de felicidad? Y siento todo mi dolor. Lo que no sé, lo que no he vivido, lo que ahora me falta. Para siempre.



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