Sacó el sobre y la hoja de papel. Se la sabía de memoria. Pero las frases más significativas seguían siendo las más esenciales, las que encerraban todos los porqués.
"Tus labios sellaron un montón de heridas" Pero, ¿que heridas?
"Los sueños son traidores" ¿Por qué?
"Hay muchas cosas que no cambian, aunque el amor, las haga más llevaderas" ¿A qué se refiere y de qué habla?
"Por mucho que escriba y escriba, no lo entenderás" ¿Tan difícil era de entender?
"No era mi intención, pero ha sucedido" ¡Nadie quiere o no quiere enamorarse, simplemente sucede!
"No es tan sencillo y no quiero hacerte daño" ¡El amor es sencillamente complicado!
"Tengo heridas invisibles en el alma" ¿Y quién no?
"Soy un cobarde" ¿Le hablaba de cobardía precisamente a ella?
"Tenía que haberme ido antes, sin llegar a esto" ¿Sin llegar a esto, a enamorarse?
"Supongo que lo tendré merecido, por jugar con el destino" ¿Destino?
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