lunes, 18 de octubre de 2010

Té!

Cuando se quiso dar cuenta ya era la hora del té, el baile de máscaras empezaba en media hora y ella aún no había decidido su destino. Estaba parada, desorientada ante tanto nervio, fuera se oían los preparativos... Respiró hondo, se dejó llevar, y, finalmente, se vistió de sí misma.













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